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Clases de Colocación Avanzada: Los Segregadores no Intencionales

Las clases de colocación avanzada tienden a atraer los estudiantes caucásicos, los angloparlantes nativos y los de mayores niveles de ingresos.
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Christopher Wang and Jennifer Ren
At Woodside, students of minority races are less likely to take Advanced Placement classes than their white counterparts.

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El perfil de Woodside de 2018 a 2019 refleja una población diversa. La mayoría de los estudiantes son latinos (49 por ciento) o caucásicos (40 por ciento). Los estudiantes afroamericanos, asiáticos, isleños del Pacífico y de raza mezclada componen el 11 por ciento que queda.

Sin embargo, Subdirector de Instrucción Diane Mazzei ofrece otra perspectiva dentro del salón de clases. Aunque son una mayoría del alumnado, los estudiantes latinos son una minoría en las clases de colocación avanzada (las clases de AP) de Woodside. Durante el año escolar de 2018 a 2019, 39 por ciento de los estudiantes AP fueron latinos mientras 57 por ciento fueron caucásicos.

Esta disparidad puede causar muchos estudiantes de color sentirse fuera de lugar, incluyendo una estudiante anónima del undécimo grado que actualmente está tomando la clase de inglés AP. La estudiante anónima comenta que la falta de pertenencia empezó antes de las clases de AP. Cuando vino a Woodside de su escuela intermedia, East Palo Alto Charter School, recibió un choque cultural.

“Nunca había asistido a la escuela con un estudiante caucásico hasta mi primer año de escuela secundaria”, la estudiante describió. “Siempre estaba rodeada por personas de color en East Palo Alto. Pero mis clases [de Woodside son] principalmente caucásicos, y siento un poco diferente”.

En East Palo Alto Charter School, 91 por ciento de estudiantes son latinos, y 87 por ciento reciben un almuerzo gratis o de precio reducido. Debido a esto, la estudiante agregó que la raza no era la única causa de su incomodidad; no sentía que los fondos insuficientes de su escuela anterior pudieran prepararla adecuadamente para las clases de AP.

“Yo no tenía una clase de matemáticas ni historia en el séptimo grado y no tenía una clase de ciencias en el octavo grado”, recordó. “Teníamos menos de 15 minutos de tarea cada noche. Ahora, en Woodside, recibo casi tres horas de tarea cada noche”.

Mientras tanto, Allison Smith tiene una cuenta diferente. Ella también está en el undécimo grado y está tomando la clase de inglés AP (entre otras clases de AP). Smith asistió a Roy Cloud Elementary en Redwood City del kínder al octavo grado.

“Creo que [Roy Cloud] me preparó porque estaba en clases avanzadas”, Smith dijo. “Había un programa de matemáticas avanzadas, y a través de este programa, comencé mi primer año de escuela secundaria en la clase de álgebra dos y trigonometría… Creo que fui retada en la escuela, y siempre estaba fomentada a trabajar duro y sacar buenas notas”.

En comparación al ingreso promedio de East Palo Alto de $58.783, el ingreso promedio de Redwood City es $99.026. Además, 62 por ciento de los estudiantes de Roy Cloud son caucásicos, y sólo 7 por ciento reciben un almuerzo gratis o de precio reducido. Este alto nivel socioeconómico resulta en una gran cantidad de fondos, y estudiantes disfrutan actividades como viajes a Yosemite y Washington, D.C.

“Muchos [de los fondos] vinieron de los padres de los estudiantes”, Smith explicó. “Yo sé que muchos de mis amigos eran acomodados”.

Estas dos perspectivas tienen resultados reflejados a escala nacional: según el Connecticut Mirror, sólo 10 por ciento de estudiantes de familias de bajos ingresos toman al menos una clase de AP, en comparación a 25 por ciento de estudiantes de familias de ingresos medios o altos.

Otro grupo en Woodside que enfrenta un desafío notable son los aprendices de inglés, que forman el 12 por ciento del alumnado. Sin embargo, maestra de arte Julie Marten nota que, aunque algunos de esos estudiantes no toman clases académicas de AP, la clase de arte AP es una opción atractiva.

“Muchos de mis mejores estudiantes no hablan inglés o todavía lo están aprendiendo este año”, Marten describió. “Tus habilidades y tu éxito en la clase de arte AP no dependen de tus habilidades lingüísticas ni académicas”.

Aun así, Marten ve menos estudiantes de color en sus clases de arte avanzada.

“Los estudiantes tienden a ser, por la mayor parte, caucásicos y toman otras clases avanzadas”, Marten dijo. “Me preocupa un poco, pero con los cambios administrativos… espero ver más estudiantes de color inscribirse en la clase de arte AP”.

Según Katrina Rubenstein, consejera de Woodside, los aprendices de inglés y otros estudiantes en las clases de apoyo enfrentan un horario intenso, a menudo sin espacio para las clases electivas. Los cambios administrativos que menciona Marten permitirían que estos estudiantes puedan tomar más clases electivas. Ella cree que las clases electivas son una salida crucial para el éxito.

“El acceso a las clases electivas será la cosa que aumentará la diversidad en las clases avanzadas”, Marten comentó. “Si tienes problemas con el idioma, es inevitable que estés agotado al fin del día… Para reforzar el inglés académico [de los estudiantes], es muy importante tener ese descanso”.

Mark Reibstein, un maestro de inglés en Woodside, ve de primera mano cómo algunos estudiantes tienen problemas con el idioma. Él nota la diferencia demográfica entre sus varias clases de inglés.

“Los estudiantes en mi clase de apoyo en inglés tienden a ser mayormente latinos”, Reibstein describió. “[En mi clase de inglés AP], el año pasado fue un buen año para las minorías, pero este año, otra vez es menos diverso”.

Para integrar más las clases, él propone un cambio general en el sistema educativo, un cambio que reduce en énfasis del “capital social” de las clases de AP. En lugar, todos los estudiantes se colocarían en el mismo cuarto, pero se separarían en “hilos”.

“La educación es una estructura de arriba hacia abajo; las reglas están formadas por las personas con privilegios”, Reibstein comentó. “No puedes tener un sistema que usa estas reglas, porque hay tantos estudiantes de antecedentes diferentes que traen sus propias ideas”.

Reibstein agrega que las conversaciones académicas sobre estos problemas sociales son críticos para reconocerlos y reformarlos en el futuro.

“Los estudiantes con privilegios necesitan hablar sobre eso”, Reibstein dijo. “Y los estudiantes que no vienen de un lugar privilegiado necesitan aprender porque no tienen privilegios”.

Según Reibstein, los maestros tienen el poder dirigir un cambio y necesitan darse cuenta de su potencial como educadores.

“En mi corazón, creo que todos los maestros son idealistas”, Reibstein afirmó. “No creo que haya un maestro que entró el campo sin querer ayudar a los niños… [Pero] muchos maestros caminan esperando las órdenes. Las reuniones del departamento tienden a enfocar en ‘¿Cómo podemos implementar esta estructura?’… Necesitamos ver los maestros como activistas y solucionadores de problemas”.

Por último, la estudiante anónima aprueba las clases de apoyo y los programas que ofrece Woodside para los estudiantes de familias de bajos ingresos, los aprendices de inglés y los estudiantes de color. Sin embargo, también espera ver una mejor representación en la administración, porque más diversidad en las clases de AP puede seguir.

“Creo que Woodside hace su mejor esfuerzo, pero las autoridades de la escuela no entienden completamente los estudiantes minoritarios y las personas que vinieron de antecedentes desamparados”, la estudiante reclamó.

Aunque la estudiante continúa aprovechando las clases avanzadas que ofrece Woodside, muchos de sus amigos de antecedentes similares toman las clases generales, y ella entiende su razón.

“Hay muchos más estudiantes de color en las clases generales que en las clases de AP”, ella concluyó. “Sé que, si tomara las clases generales, me sentiría más cómoda”.

 

Este artículo fue traducido por Emma Chiu con el apoyo de Fernanda Ramirez, Anette Rodriguez y maestra de español Amy Hanson.

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Emma Chiu
Emma Chiu, Coeditor in Chief
Emma Chiu is a senior, a third-year journalism student, and the coeditor in chief of The Paw Print. She strives for fair, accurate coverage and appreciates the variety of perspectives she's gained through reporting. Her work has been published in Best of SNO, The Youth Journal, and The New York Times in addition to The Paw Print. When she's not writing, Emma enjoys dancing, reading, and raising awareness for mental health.

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  • M

    Mrs. JimenezJan 31, 2020 at 8:14 PM

    Love that this article is available in two languages! This is a great start to promoting equity and a voice on campus.

    Reply